dijous, 26 de gener del 2017

La hoja roja, una lectura entrañable




El pasado jueves 19 de enero, unos cuantos profesores de nuestro instituto (algunos en activo, otros jubilados) nos reunimos en el restaurante Granada de Figueres para comentar la novela La hoja roja, del escritor vallisoletano Miguel Delibes. Con ella inauguramos las sesiones del club de lectura de profesores de este curso escolar. Los ejemplares leídos han sido prestados por la biblioteca Fages de Climent de Figueres.

El comienzo ha sido estupendo. La mayoría coincidimos en que la obra nos ha encantado. La soledad, la vejez, el paso del tiempo, la muerte, las difíciles relaciones personales y la necesidad de cariño que sentimos todos,  entre otros, son los temas principales de la novela y se tratan con una gran delicadeza y humanidad que a todos nos ha cautivado.

Algunos profesores comentaron que durante la lectura se habían sentido muy identificados con el viejo Eloy, el protagonista; por ejemplo, cuando el viejo vuelve por primera vez a visitar a sus compañeros de trabajo poco después de haberse jubilado y no es recibido con el calor que esperaba; siente que ya no pertenece a aquel lugar donde con tanta entrega ha trabajado durante años, ve que ha sido sustituido por alguien más joven y entiende que su tiempo no es ya el mismo que el de sus antiguos colegas.

Otro aspecto que agradó mucho es el hecho de que Delibes explique tantas cosas sobre sus personajes, los sentimientos y caracteres de estos sin contar en realidad muchas cosas, explicándose desde la cotidianeidad gris y anodina que los envuelve. Se explica mucho a partir de hechos aparentemente insignificantes, como ocurre al situar la acción en su contexto histórico (mediante titulares de periódicos que aluden a actos oficiales a los que acude el Caudillo) o al describir la relación entre señoritos y sirvientas analfabetas que huyen de la miseria de su pueblo y van a parar a ciudades provincianas.

Y se destacó también la riqueza léxica de la novela, el gusto por el lenguaje preciso, el esfuerzo del autor por conservar el acervo lingüístico de su tierra y las expresiones populares características de esta.

En fin, una lectura que hemos disfrutado tanto como el encuentro gastronómico-literario entre compañeros que compartimos el gusto por la literatura, de la que tantas cosas aprendemos y que tantas otras nos remueve.

En unos meses volveremos a reunirnos, esta vez al calor de la novela de Mercè Rodoreda Mirall trencat.

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